“El patrimonio nos advierte que los restos del pasado son propiedad colectiva y la sociedad en su conjunto tiene el derecho de organizar y disfrutar”. Antonio Malpica Cuello
En términos generales nos referimos al patrimonio y su conservación, con una cierta ligereza que mucho tiene que ver con su explotación como producto turístico. Un claro ejemplo de ello es uso que el marketing turístico hace de los bienes declarados Patrimonio de la Humanidad.
Patrimonio de la Humanidad o Patrimonio Mundial, es el título conferido por la
UNESCO a sitios específicos del planeta, (paisajes, monumentos o elementos inmateriales) que han sido nominados y confirmados, para su inclusión en la lista mantenida por el
Programa Patrimonio de la Humanidad, administrado por el
Comité del Patrimonio de la Humanidad. El objetivo del programa es catalogar, preservar y dar a conocer sitios de importancia cultural o natural excepcional para la herencia común de la humanidad. En el año 2011, había 936 sitios inscritos en el catalogo de bienes protegidos, de los cuales 725 son culturales, 183 naturales y 28 mixtos, distribuidos en 154 países.
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Valle del M´zab, Argelia |
Si revisamos el catalogo de bienes protegidos observamos que en los últimos años se han incluido bienes de lo más variopinto, parece que todo vale. Tener un bien en la lista de
Patrimonio Mundial, ha dejado de ser una garantía de autenticidad y conservación del patrimonio, para convertirse un reclamo turístico.
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El Silbo gomero, España |
La industria turística es la más importante del mundo, y el turismo bien concebido, es un motor de desarrollo económico y generador de empleo, que redunda en la conservación del patrimonio. Desde esa perspectiva, cabe discernir siempre la necesidad de determinar cuál es la esencia de un bien patrimonial en el contexto de su historia, ya que estos iconos desprovistos de su esencia, se convierten en un valor de cambio, pierden su fuerza inicial y se volatizan en meros bienes de consumo.
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La Pirámide de Gizeh, Egipto |
Volviendo a la definición de patrimonio, Antonio Malpica Cuello subraya “«Patrimonio» es un término que incluye una concepción amplia y, por eso mismo, vaga, que necesariamente habría que definir. En nuestro lenguaje entronca directamente con una herencia que tiene materialidad y valor económico. Es evidente que lo utilizamos frecuentemente para hablar de una serie de valores culturales, que se expresan en una materialidad, pero que también son intangibles, y que surgen de las sociedades que nos han precedido. Desde tal perspectiva, los bienes patrimoniales lo son también culturales. Los bienes culturales son patrimonio en sus diferentes facetas y se convierten en tales en cuanto los dotamos del carácter de testimonio del pasado en su globalidad.”. Esta definición nos obliga a una reflexión sobre el valor patrimonial del Palmeral de Elche y su conservación como paisaje cultural declarado Patrimonio de la Humanidad.
El Palmeral de Elche Histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por
UNESCO en el año 2.000, forma una unidad paisajística, que se caracteriza por una masa compacta y continua de huertos de palmeras, integrados en el casco urbano.
Hay diez criterios de selección que un sitio debe cumplir para ser incluido en la lista.
El Palmeral cumple con los criterios II y V.
Criterio II. Testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura o tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico."
Los Palmerales de Elche constituyen un ejemplo destacado de transferencia de un paisaje típico de una cultura a otra y de un continente a otro, en este caso del Norte de África a Europa"
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El Palmeral de Elche |
Criterio V. Ser un ejemplo eminente de una tradición de asentamiento humano, utilización del mar o de la tierra, que sea representativa de una cultura (o culturas), o de la interacción humana con el medio ambiente especialmente cuando éste se vuelva vulnerable frente al impacto de cambios irreversibles.
"El Palmeral es un rasgo característico del Norte de África, importado en Europa bajo la ocupación árabe de gran parte de la Península Ibérica y que ha sobrevivido hasta hoy. El antiguo sistema de regadío, que sigue en funcionamiento, tiene un interés particular."
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Partidor de Carrel, Elche |
Si atendemos a los criterios de inscripción, el Palmeral como bien patrimonial tiene, un fundamento y una base: mostrar las condiciones de vida de las sociedades que crearon y desarrollaron este paisaje.
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Huerto 1865, Archivo Cátedra Pedro Ibarra |
En la actualidad existe una confusión y falta de claridad conceptual, con respecto los elementos inherentes al Palmeral y su mundo, que afectan seriamente su supervivencia como
Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad. El Palmeral, es un patrimonio cultural con símbolos propios, el legado de nuestro pasado, que refleja como el ser humano ha sido capaz de sobrevivir y perdurar en un entorno de extrema aridez. La conservación del Palmeral es vital, por lo que supone de posibilidades científicas, culturales, patrimoniales y económicas En un ámbito que sobrepasa lo local,
el Palmeral de Elche, es el único oasis Patrimonio de la Humanidad, esto le confiere le confiere un nuevo concepto de calidad y de consumo cultural, pues lo convierte en un referente para el estudio, conservación y difusión del patrimonio global de los oasis.
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Tafilalet, Marruecos |
Una buena estrategia de conservación requiere de un equipo multidisciplinar, y debe ser coherente con la esencia del oasis, así como con la declaración de
UNESCO, que considera el Palmeral, como un paisaje cultural en la categoría de
paisaje orgánico, es decir un paisaje que está vivo, que evoluciona y en el que se toma en cuenta la sociedad que lo gestiona.
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Recolección de la palma blanca |
En mi opinión que hay que dotar de contenido y funcionalidad
el Palmeral, es necesario buscar nuevas formas de utilidad social a los huertos de palmeras, así como la definición de un sistema de usos sostenibles adecuados al siglo XXI y a la vez respetuoso con la historia y los valores patrimoniales inherentes al oasis. La puesta en valor del paisaje, y de todos los elementos que lo integran no acaba con la repoblación de los huertos, la restauración del sistema de riego o recuperación de restos arqueológicos. Hay que pensar en el día de mañana y, por consiguiente, en su continuidad creando mecanismos que permitan un cuidado permanente, formando personal especializado para su mantenimiento y difusión.
El Palmeral, es un producto turístico de primer orden si respetamos su sentido histórico y antropólogico.
El acondicionamiento y conservación del Palmeral, debe redundar en benéfico de la sociedad por su potencial de atracción sobre
el turismo cultural. Sólo podremos garantizar la durabilidad de esta herencia cultural concienciando y educando a la población local. La preservación del Palmeral plantea problemas y discusiones que no siempre se pueden resolver de manera inmediata, pero no es menos cierto que en un tiempo como el presente, la puesta en valor del conjunto de elementos patrimoniales que forman el Palmeral, nos ofrece una oportunidad de desarrollo económico y social.
Mercedes Aranzueque Sánchez
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