En el siglo XXI la actividad turística está experimentando grandes cambios, El viajero no quiere ser un mero observador, busca nuevas experiencias, lugares diferentes, se mueve por sensaciones.
La alimentación siempre ha sido parte fundamental en los viajes. En los últimos años la gastronomía, está cobrando mayor importancia como un nuevo producto del turismo cultural. Las motivaciones principales se encuentran en la búsqueda de placer a través de la alimentación y el viaje, y el encuentro de lo genuino. Conocer las raíces culinarias y la forma de entender a la cultura de un lugar a través de su gastronomía, se está popularizando a gran velocidad. La cocina tradicional, está siendo cada vez más apreciada como un valioso componente del patrimonio intangible de los pueblos.
Los oasis son poseedores de un valioso patrimonio culinario, no en vano son paisajes agrícolas, el legado vivo de una rica y ancestral historia que hunde sus raíces en el propio nacimiento de la civilización (Mesopotamia, Persia, Egipto), y que tiene en la expansión del Islam su punto crucial. Los antiguos palmerales andalusíes del Levante Español, son los herederos de esa cultura de oasis que los árabes introdujeron en España y que continua viva nuestra agricultura y nuestra gastronomía.
El Palmeral de Elche |
Cuando los árabes llegaron a la Península Ibérica, impulsaron la agricultura, perfeccionaron los sistemas de regadío, e introdujeron nuevas especies vegetales como la granada, la berenjena, la alcachofa o la cidra; se favoreció el cultivo de la palmeral datilera, especialmente en Valencia, Murcia y Andalucia, e introdujeron el uso de especias y hierbas aromáticas Una autentica revolución de base agronómica que se conoce como Revolución Verde.
Agricultura andalusi |
En el contexto de transferencias interculturales que se produce después de la conquista de América, los oasis y las huertas de América, Europa, África y Asia, interactuaron en ambas direcciones para promover un intensísimo intercambio cultural de base agronómica, que ha contribuido decisivamente a configurar el horizonte alimentario del mundo contemporáneo y que tiene su máximo exponente en una rica y variada gastronomía.
Tomate originario de América |
La gastronomía se está convirtiendo en uno de los factores clave, tanto para definir la competitividad de los destinos turísticos, como para promocionarlos; esto implica una constante necesidad de innovar en los productos y en los servicios.
Cosecha del dátil fresco, el Huerto Gourmet |
A lo largo de la historia, pueblos y civilizaciones han dejado su impronta en el Oasis de Elche. Los cambios sociales y los movimientos migratorios han influido en la cocina local, de manera que podemos hablar de una “cocina mestiza” que se rige por el calendario estacional, y que incorpora para su elaboración una gran variedad de productos, que representan la diversidad de ecosistemas que conviven en el extenso termino municipal de Elche: verduras, fruta y hortalizas de la huerta , pescado de la costa, mújol, anguilas y ánades de los humedales, aceite, uvas, almendras, higos de las tierras de secano, son los ingredientes que se utilizan en los fogones ilicitanos.
Migas con granada, plato típico de otoño |
Las actividades del turismo gastronómico son múltiples y variadas, además de disfrutar de la cocina local en bares y restaurantes, abarca la vista a los mercados locales, comercios de productos autóctonos, visitas a casas de agricultores, ferias gastronómicas.... Uno de los objetivos de este turismo no sólo es el de visitar, sino el de invitar a los viajeros a participar y experimentar nuevos sabores y sensaciones.
Fiesta de la "Verema" Bodegas Faleo |
Como dice Santiago Orts, director de un interesante proyecto de turismo gastronómico, en el oasis de Elche “El Turismo experiencial gastronómico es una innovadora manera de disfrutar de la gastronomía y la naturaleza desde una experiencia vivida en primera persona”.
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